Teñir telas con plantas y flores es una opción ecológica para evitar utilizar tinturas químicas que a menudo resultan toxicas al sistema respiratorio y piel. La naturaleza nos ofrece alternativas para extraer colores de forma natural, tanto de origen biológico como vegetales, frutas, flores o especias o de origen mineral. Con esta técnica puedes darle una segunda vida a una prenda que ya no usas o a una camiseta blanca y darle un toque especial
Para teñir telas de forma natural hay que tener en cuenta que los colores se oxidan con el tiempo y cambian su tonalidad, se necesitan agregados llamados mordientes para fijar el color y algunas telas requieren de un proceso de preparación y conservación del color más complejo. Las telas más comunes para teñir son el algodón, lino, seda y lana; trata de no utilizar tejidos sintéticos ya que el color no se fijará.
El proceso para teñir telas tiene 3 pasos fundamentales:
- Preparar la tela
- Extraer el color
- Teñir
Preparar la tela
El primer paso para preparar la tela es el lavado, a veces en los procesos de hilado, los fabricantes agregan ceras y sustancias químicas, esto puede hacer que el color no se fije correctamente. El lavado de tela es simple, en un recipiente de aproximadamente 5 litros de agua agrega una cucharita de jabón y 3 cucharitas de carbonato sódico por cada 100gramos de tela y deja remojar por 24 hs.
El siguiente paso es tratar la tela, los tintes naturales necesitan un mordiente para fijar el color para que este sea duradero. Algunos mordientes son tóxicos, sin embargo la idea es utilizar propiedades que se extraen de plantas o minerales.
Se pueden utilizar Alumbre potásico, una sustancia mineral de origen volcánico que funciona para teñir telas y fibras de origen animal como la lana, este material se consigue en farmacias (colores brillantes), sulfato de hierro (colores oscuros) se consigue en ferreterías y normalmente se utiliza para abono para flores y ácido acético que es el vinagre blanco.
Para mordentar telas lo más común es utilizar sal y vinagre blanco. Se sumerge la tela es una solución de ½ taza de sal disuelta en 8tazas de agua fría o 1 parte de vinagre en 4 partes de agua fría. La tela se remoja por una hora y se enjuaga.
Extraer el color
Puedes probar con un sinfín de flores y plantas; para tonos rosados y corales nuestro favorito es la piel y huesos de aguacate, queda un color espectacular, al igual que la flor de Jamaica o la madera de malo de Brasil. En tonos rojos puedes probar con grana cochinilla o Frambuesas. El amarillo y el naranja se consigue con la piel de cebolla, especias como la cúrcuma, el azafrán o las semillas de achiote, las flores de caléndula también son ideales. Los tonos oscuros, beige y marrones con té negro o café. El azul, violeta y lilas con arándanos, moras, col lombarda, estos darán tonos pálidos, sin embargo, con indigo lograrás tonos azules profundos y vibrantes.
El proceso para extraer el color es simple, en una olla de acero inoxidable agrega las flores, plantas o pieles que desees, córtalo en trozos y cúbrelo con agua. Déjalo hervir a fuego lento durante una hora o hasta que obtengas el color deseado. El líquido se pasa por un colador para retirar el material.
Teñir
Para teñir hay algunas opciones, la más común es remojar la tela en el agua pigmentada, se hierve por una hora removiendo de vez en cuando. Cuando este proceso se termine, deja que se enfríe por un día y enjuaga con agua fría y limpia.
Se remoja la tela húmeda, esta se deja hervir por una hora revolviendo de vez en cuando. Terminado el proceso se deja la tela por un día y se lava con agua fría y se deja secar en la sombra.
Como podrás ver, es muy fácil y los resultados te encantarán. La idea es experimentar con plantas o flores que tenemos en nuestro jardín o incluso en nuestra cocina. ¡Anímate a probarlo! y cuéntanos que te pareció esta idea.